Pregunté a Tomás, de Bercianos de Aliste, para que usaban las flores de los huertos, ya que eran bastantes los que se veían adornados con ellas. Me contestó que algunas servían para adornar la iglesia y que otras las sembraban para que nacieran antes del día de difuntos y usarlas para decorar las tumbas de sus antepasados.Indagué un poco más y supe que hace ya muchos años- cuando había gente en estos pueblos- se hacían coronas, pero que "ahora" la mayoría de los vecinos y emigrantes compraban los ramos. Bueno, al final a base de insistir fuí capaz de que un grupito de personas accedieran a hacerme alguna corona como se hacían antaño. Días antes pasee por los huertos y vi como tratan con cariño las flores; a la caida de la tarde van pasando por las parcelas y en su afán por que no se estopeen con una helada, las tapan con plásticos y tela, regresan por la mañana y las destapan con el fin de que el sol las vaya madurando; se riegan y se cuidan a diario esperando ese 1 de novienbre para llevarlas al cementerio.

Tomás, Gabriela y Serafina me van a enseñar como se hacen las coronas. última recolecta de flores por los huertos. Cuando llego Tomás tiene ya las estrucuras de las coronas y Gabriela, con Serfina agrupan flores en la mesa, comienzan a tejer poco a poco buscando los cambios de color y la mejor colocación para que la corona quede lo más bonita posible, hasta rematarla y enseñármela ya acabada. Ya no se acuerdan cuantos años hacía que no tejían coronas, y se lamentan de que "todo se pierde". 

Esta cultura rural que desaparece tuvo que ingeniarselas para aprovechar todo lo que le daba el entorno y además de lo básico para sobrevivir, fueron capaces de generar belleza con pocos medios a su alcance.

 
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